por Susana Paz
Ciudad Universitaria. CDMX. 27 de septiembre de 2024.- Tanto la capacidad para tener un comportamiento moral como la habilidad para adquirir conocimiento se han generado a través de un largo proceso evolutivo biológico y cultural, afirmó el investigador Ricardo Noguera Solano, profesor de la Facultad de Ciencias (FC) en la conferencia “Evolución y ética” que forma parte del Ciclo Perspectivas Contemporáneas de la Evolución que organiza el Seminario Universitario de Evolución (SUE).
Para el científico, los códigos éticos son resultados culturales y biológicos. En colaboración con la investigadora de la FC, Rosaura Ruiz Gutiérrez, han desarrollado una línea de investigación para analizar las ideas en las que se sustenta la explicación del origen evolutivo de la capacidad moral del ser humano.
A su consideración, es importante que se incluya el pensamiento evolucionista, el conocimiento de la biología y de la biología evolutiva en específico, a la explicación de la ética y la moralidad en términos de la vida contemporánea, porque en general no se asume que la capacidad moral, como muchas características de nuestra naturaleza humana, han resultado de procesos evolutivos tanto biológicos como culturales.
“El origen de la discusión sobre el origen de las facultades mentales del ser humano inicia en el libro filosofía zoológica de Lamarck, en su primera obra lo intenta explicar desde su perspectiva de herencia de caracteres adquiridos, uso y desuso e influencia del ambiente. Posteriormente Darwin retoma el tema y lo discute con algunos componentes lamarckianos, pero con la particularidad de emplear la selección natural para explicar de manera más completa y compleja cómo se originan las facultades mentales, las emociones, la racionalidad y la moralidad”.
En el siglo XX estos temas son retomados desde la psicología, la etología y la biología evolutiva, en estudios con animales, comportamiento en mamíferos y primates. A mediados de siglo XX se profundiza ya no sólo desde la perspectiva del darwinismo, porque la selección natural es un elemento central, sino que también se consideran otros fenómenos y procesos evolutivos que son complementarios.
De esta manera, se puede ver que a lo largo del tiempo va cambiando y contruyendo una explicación con mayor certeza del origen de los fenómenos mentales del ser humano, desde la biología evolutiva. Gracias a que se conoce mejor cómo funcionan los sistemas genéticos, los sistemas de herencia y se hacen estudios más finos de interacciones dentro de las poblaciones, se hacen observaciones no sólo experimentales en el laboratorio, sino que se va al campo con la intención de que sean menos artificiales.
“Nosotros desarrollamos esta línea de investigación para tratar de entender cómo han explicado diversos autores evolucionistas el origen de la capacidad moral”.
No obstante, explica que es importante reafirmar que la biología evolutiva no explica todo lo que representa la capacidad moral, sino que hay un proceso de evolución cultural que tiene importancia en el desarrollo de los códigos éticos que resultan de esta evolución cultural y que también han presentado estos procesos de diversificación.
Por ello, con más de 400 mil años de historia de la humanidad como especie, se han formado a lo largo de este tiempo diversos grupos culturales con diferentes características y el fenómeno de la moralidad no escapa a esta diversidad, lo que explica en parte por qué los códigos morales no son universales tanto en el pasado de la historia de nuestra especie como en la actualidad.
Para el investigador, la capacidad del comportamiento moral y de la adquisición del conocimiento de Homo sapiens tiene esa raíz evolutiva, es biocultural y se relaciona además con la sociabilidad, la característica que hace posible vivir en grupos.
Por esta razón los valores morales y las formas de conocimiento son resultado de un proceso cultural modificable y, por lo tanto, no se puede hablar de valores ni de conocimientos universales, históricos o de verdades absolutas acerca de la condición o de la naturaleza humana. En este sentido, la evolución del conocimiento, al igual que la evolución biológica, sigue un proceso de selección.
Para Ricardo Noguera, uno de los caminos que están explorando es si todo este conocimiento puede incidir en la educación, en el ser humano y en qué etapa. Ya sea en la salud de una madre durante el embarazo, en condiciones de alimentación, qué tipo de estímulos requiere el embrión o el infante, qué se requiere durante el desarrollo embrionario durante la neurogenesis.
“Nos queda claro que si potenciamos cada capacidad se va a tener un resultado diferente (...) Una vez que aceptamos que el ser humano es producto de la evolución y todas sus capacidades cognitivas, queremos saber cómo podemos hacer para que la biología vaya más allá, no sólo de manipular genes y de hacer organismos genéticamente modificados, porque el desarrollo de esas capacidades no radica en que tengamos uno o dos genes para ser buenos o malos, sino en una característica multifactorial”.
Para el científico, la perspectiva evolucionista incide en muchas prácticas humanas, como en el tema de salud, también el de la producción de alimentos. “Si hubiera una perspectiva evolucionista, no tendríamos los problemas de deforestación, de especie de monocultivos, etcétera. También podría tener impacto en las políticas internacionales, creo que si entendemos realmente la naturaleza de primates que somos, cómo vivimos, cómo interactuamos, cómo tenemos que construir las políticas internacionales, todo tendría otro sentido”.
Ricardo Noguera es biólogo, maestro y doctor en Ciencias Biológicas por la UNAM, profesor de la FC desde 1996 en licenciatura y posgrado. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II y es secretario técnico del SUE. Tiene un proyecto que es un seminario compartido con el Programa Universitario de Bioética, llamado Raíces evolutivas de la capacidad moral, en donde académicos, estudiantes de posgrado y licenciatura discuten todas estas perspectivas y en donde son bienvenidos estudiantes para hacer servicio social y tesis.
“Ricardo Flores Magón, quien era muy afín a esas ideas evolucionistas y revolucionarias, decía que un cambio de mentalidad tiene que partir de saber que la tierra no nos pertenece, nosotros le pertenecemos a la tierra, porque la naturaleza nos creó. Tenemos que partir de esas ideas para construir un nuevo tipo de relaciones entre los seres humanos”.
Aquí puedes ver la conferencia completa: